En el caso del Control de Conducta, son los dueños los que aprenden a comunicarse efectivamente con los perros, cambiando su energía y lenguaje corporal. Cuando el trabajo es constante y consecuente se obtienen resultados en muy poco tiempo. Max es un buen ejemplo de esto.
Max es intenso, fácilmente alterable y con tendencias agresivas hacia otros perros, y algunos humanos como niños. Su dueño se comprometió y los resultados se están viendo en muy poco tiempo.
En su tercera sesión se logró socializar con una perra controlada, nuestra querida Luna que siempre está presente para ayudarnos, aún con los casos más difíciles pero además se logró que su fuente más fuerte de alteración, la mamá del dueño de Max, pudiera pasearlo por primera vez sin miedo.
En su tercera sesión se logró socializar con una perra controlada, nuestra querida Luna que siempre está presente para ayudarnos, aún con los casos más difíciles pero además se logró que su fuente más fuerte de alteración, la mamá del dueño de Max, pudiera pasearlo por primera vez sin miedo.
La socialización, a nuestro entender, es un proceso de exposición del perro a diferentes estímulos, siendo los más fuertes otros perros. Observando detenidamente su lenguaje corporal podemos interpretar su comunicación y las conversaciones entre ellos. Socializar no significa exclusivamente jugar, todo depende de la personalidad del perro, muchas veces con que exista tolerancia y respeto es suficiente.
En el video podemos observar a Max pasear tranquilamente y luego descansar relajadamente sin correa en un ambiente controlado.
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