Casi todos los amantes de los perros, cuando comienzan una familia y esperan su primer hijo, desean incorporar un perro al grupo familiar y esto está muy bién, pero hay que tener ciertas consideraciones.
Lo ideal es que el perro sea mayor que el niño ya que, si ambos llegan a la casa al mismo tiempo o el niño está unos años antes que el cachorro, muy probablemente el cachorro será difícil de controlar cuando se altere al rededor del niño, llegando a ocasionar daño.
Al contrario si el perro ya está controlado y se puede mantener en estado tranquilo o el dueño puede controlar su alteración al instante, la interacción con el niño será muy placentera ya que no se tendrá el problema del perro alterado.
El siguiente caso es de una hermosa cachorra Bullterrier de 7 meses llamanda Titi. Se nos contacto por el dueño tenía problemas para controlar a Titi al rededor de su hija de 16 meses y temía que la lastimara.
El mismo nos cuenta:
"Tengo una Bullterrier que es demasiado acelerada y por lo mismo no puedo hacer que comparta tiempo con mi hija de 1 año 4 meses no logra controlar sus emociones cuando ve gente"
Titi, como la mayoría de cachorros, esta llena de energía y solo espera que le digamos que hacer de una manera que pueda entender. Se establecieron los ejercicios de reforzamiento del liderazgo y su dueño la paseó junto a otro perro, en este caso Luna, por primera vez sin que se alterará y tratara de avalanzarse al otro perro. Se le establecieron límites y disciplina y ella respondió magníficamente siguiendo a su dueño, incluso, sin correa.
En el video podemos ver como Titi pasea junto a su dueño y Luna y luego es recompensada con un momento de juego sin correa, nótese como aún sin correa sigue a su dueño.
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